viernes, 27 de noviembre de 2015

¡Enfermera!


Con cautela y mucho tacto
vas curando mil heridas,
con tus ojos y tus manos
conviertes llanto en sonrisas.

Aplicas dosis de amor,
purificas tu labor,
con vendajes de ternura
has de lograr buena cura.

Suministras los consejos
que a tus pacientes orienta,
y concedes los deseos
que en su salud se sustentan.

Eres cual hada madrina
que llega para salvarnos,
y a cualquier hora del día
dispones de tus cuidados.

Alimentas la esperanza
de pacientes desahuciados,
suministras la confianza
para morir en tus brazos.

Sin descanso, sin cesar,
sin dormir o sin cenar,
estás en el escenario
con pacientes que auxiliar.

Sin pesarte todo aquello,
eres madre, eres esposa,
eres hija, eres hermana,
eres mujer cautelosa.

A pesar de los tropiezos
que en tu andar se han revelado,
sigues pintando tus sueños
y continúas luchando.

Toledo, Marlin.

1 comentario: