sábado, 15 de mayo de 2010

sábado, 8 de mayo de 2010

¿Por Qué los Adolescentes Piensan que sus Padres están en su Contra?


¡Hey Papá!... ¡Hey Mamá!...
¿Alguna vez se han preguntado porqué su hijo o hija adolescente no quiere contarle sus cosas?...
¿Será que una vez se han puesto a pensar en el grado de confianza que les tiene su hijo (a)?...
¡Vamos a analizar!...
Como ya es sabido, la adolescencia es una etapa de transición en la vida del individuo el cual está dejando de ser un niño para convertirse en un adulto, y eso es algo que complica la situación; porque conforme a su crecimiento el individuo también desarrolla su pensamiento y sus ideas; y es entonces cuando quiere opinar diferente y actuar diferente. Esto es algo que a los adultos causa molestia porque no quieren aceptar que su hijo, a quién todavía ven como un niño, sea capaz de contradecirle sus opiniones o puntos de vista acerca de una situación determinada, lo cual conlleva a las discusiones entre padres e hijos adolescentes y son estos casos los que incitan al adolescente a revelarse y reclamar que no lo traten como un niño. Es aquí donde me permito aclarar que, efectivamente, éste no es un niño pero tampoco es un adulto, él sólo está en plena transición de una etapa a otra; sin embargo, aún no comprende eso, pues ya se siente adulto. Hoy puedo decir que me resulta fácil comprender la posición que asumen como padres ante esta situación, pero muy difícil me resulta darles la razón sin comprender la otra posición; yo quisiera dejar claro que no me estoy parcializando por defender al padre o al adolescente y condenar al opuesto, simplemente siento la necesidad de analizar, muy objetivamente, las dos caras de la moneda a ver si podemos reflexionar un poco.
En el mismo orden de ideas quiero mencionar que la adolescencia es una etapa o un proceso de búsqueda de identidad, es decir, el individuo empieza a percibir el mundo de una manera distinta, ya es capaz de ver más allá de lo que sus padres les facilitan y siente deseos de experimentar cosas nuevas para descubrirse a sí mismo, para saber qué tipos de amigos quiere tener y cómo quiere ser él; es importante analizar y tratar de comprender que el adolescente siente la necesidad de agradar a otros antes que a sí mismo y para él esto es de una importancia determinante en su personalidad. Por otra parte, los padres no quieren que sus hijos vean más allá de lo que ellos quieren mostrarle y les molesta que estos quieran imitar algo que ellos no comparten, porque desean tenerlos controlados… He aquí donde se fundamentan las diferencias y malas relaciones… cuando el chico desea salir, el padre en desacuerdo dice “NO”; cuando el chico desea opinar le piden “CALLAR”; si éste quiere contar sus anécdotas los padres están “CANSADOS U OCUPADOS”; cuando el chico tiene miedo de alguna cosa le dicen “COBARDE”; o si éste tiene un problema es un “IRRESPONSABLE E INÚTIL”... y todo esto sin explicación alguna.
Entonces mamá y papá… ¿Qué esperan que haga su hijo?... ¿Sonreír y obedecer?... Imagínese si fuese usted quien tuviese que obedecer a todas esas órdenes sin derecho a reclamar… ¡yo me atrevo a afirmar que no lo soportaría!
Pero yo no pretendo juzgarle, sólo quiero ayudarle a comprender que su hijo necesita tomar sus propias decisiones y para poder hacerlo de manera asertiva usted debe ser su amigo y no su enemigo, en otras palabras, si en lugar de darle órdenes e imponerle lo que debe hacer se preocupa un poquito por saber qué es lo que él desea e intenta llegar a un acuerdo explicándole las razones de sus desacuerdos, quizás la relación sea mejor… ¿Alguna vez se ha permitido escuchar la opinión de su hijo antes de tomar una decisión importante?... ¡tal vez él no sea tan inmaduro como usted cree!. Sin embargo, cuando el adolescente siente que no es escuchado y que sus opiniones no valen, empieza a alejarse de sus padres y a verlos como sus enemigos y los que no entienden nada, salen entonces a buscar amigos que estén dispuestos a escucharlos y creen que éstos pueden aconsejarlos mejor que sus padres porque tal vez tienen los mismos problemas y se sienten identificados los unos con los otros, y no acuden a sus padres porque saben que en lugar de recibir un apoyo o un buen consejo, recibirán regaños y castigos. Mis queridos padres, yo no pretendo ser quien les diga cómo educar a sus hijos, pues aún no tengo los míos, pero les quiero confesar que en mi adolescencia (de la cual apenas estoy saliendo) me sentí muy alejada de mis padres por lo que les he venido comentando, así pues me permito recomendarles que hagan el esfuerzo de escuchar y comprender un poquito a sus hijos, yo estoy segura que conociendo las razones que ellos tienen para actuar de una manera determinada les permitirá aconsejarlos de la manera más adecuada, si les dan la oportunidad de expresar lo que sienten sin juzgar lo bueno o malo y les ayudan a reconocer lo que realmente les conviene, en lugar de imponérselo, ellos podrán confiar en ustedes y entonces los verán como sus verdaderos amigos y no se tomarán el tiempo de pensar que ustedes están en su contra.

viernes, 7 de mayo de 2010