Allí donde, aunque truene, llueva y relampaguee;
siempre vuelve a brillar el sol para dibujar un hermoso arcoíris...
Allí donde, aunque negra sea la noche;
la luz de la luna y el brillo de las estrellas
hacen despertar los más fantásticos sueños...
Allí donde, aunque no vea nubes blancas;
vuelan las aves para expresar su libertad...
Allí donde, aunque no vea la brisa;
podré en mi rostro sentir sus caricias...
Allí donde alzo mis ojos
y elevo un suspiro al viento,
Y canto con mucha fuerza
desahogando mis silencios…
Así, cuando miro al río
del cielo veo un pedazo,
Como cuando en el espejo
sólo veo mi retrato.
Quisiera en el ancho mar
contemplar su inmensidad,
Y también en un espejo
poder ver aquel reflejo
De todo lo que por dentro
mi corazón va sintiendo.
Pero el mar es limitado,
aunque grande ante mis ojos;
Así también el espejo
me limita a un reflejo.
No importando los linderos,
mi corazón es sincero,
Y ha querido compararse
con la inmensidad del cielo.
Tal vez sea avaricia,
ambición o vanidad;
Comparar mi corazón
con tan bella inmensidad.
Pero siento que en el cielo
se esconden mil emociones
Que mi corazón esconde
en sus pequeños rincones.
Así, aunque alguna tristeza
se vista de nube negra
haciendo llover mis ojos;
sé que amistades vendrán
cual suave brisa en mi rostro.
Sé que vendrá un corazón
tan brillante como el sol
que haga brillar mi rostro
como el arco de color.
Sé que libre cantaré
como aves en el cielo
Y dejaré que mi voz
juguetee con el viento.
Sé que, aunque oscuridad
traiga a mí inseguridad,
Podré ver la blanca luna
y estrellas al caminar.
También sabré que mi rostro
se reflejará en el río,
Y su corriente dirá
que las penas pasarán.
Así también es el cielo
que, aunque hoy vista de tormenta;
mañana el sol brillará
y nubes blancas saldrán.
Por eso es que mi ambición
me ha llevado a comparar
a mi humilde corazón
con tan bella inmensidad.
Toledo, Marlin.
04/11/2011.
